¿Cuánto cuesta una casa pasiva?

Es la pregunta que no falta en cualquiera de las jornadas o charlas sobre passivhaus (casa pasiva en alemán) en las que participamos.

“¿Cuánto más cuesta una casa pasiva que una casa normal?” preguntan nuestros clientes. Nuestra respuesta siempre es la misma: “Pues depende”. Depende de con qué se compare, pues la mayoría de las veces esa comparación no es homogénea.

¿Cómo podemos comparar dos productos de diferentes calidades o diferentes prestaciones cuando el único criterio es el precio?

Cuando vamos a comprar un vehículo no preguntamos qué diferencia de precio hay entre un modelo “normal” y uno “diferente”. Ya sea un monovolumen, un todoterreno, un vehículo eléctrico o una furgoneta preparada con cama, cocina y nevera para los refrescos.

Cuando vamos al concesionario ya tenemos pensado qué tipo de vehículo queremos o necesitamos. Por ello buscaremos ese tipo de vehículo entre diferentes marcas, pero siempre dentro del mismo segmento. En ese momento podremos comparar precios, porque los diferentes modelos nos ofrecen similares prestaciones a lo que estamos buscando. Y habremos descartado todos los demás modelos porque no cumplen con los requisitos que nos interesan.

elegir un tipo de casa pasiva

Con las viviendas ocurre lo mismo. Cuando buscamos una vivienda o tenemos pensado autoconstruir una, lo primero que establecemos son nuestras necesidades y prioridades.

Elegimos en qué zona se ubicará, cuántos dormitorios necesitamos, cuántos baños nos gustaría tener, necesitamos garaje, quiero un ático o una vivienda con jardín. Con estas necesidades acudiremos a la inmobiliaria que nos mostrará lo que ofrece el mercado. O nos dirigiremos al estudio de arquitectura donde expondremos nuestros requisitos.

A la hora de decidir si queremos una casa pasiva o una casa “normal” el criterio no debería ser aún el precio sino las prestaciones que nos ofrece:

A estas preguntas está claro que la respuesta de cualquier ciudadano sería “SI”. Pero lo destacable es que todos estos parámetros deberían ofrecerse en cualquier vivienda. Que sólo tuviesemos que basarnos en el número de dormitorios a la hora de elegir un hogar.

No deberíamos negociar sobre el confort interior que deben tener nuestras viviendas.

Habiendo definido nuestras necesidades, el siguiente paso sería definir nuestro presupuesto y entonces buscar lo que nos ofrece el mercado o diseñar nuestra nueva vivienda conforme a estos dos requisitos.

tipos de edificios

Por eso decimos que “depende”. No podemos comparar sólo en términos económicos una vivienda en la ciudad o en el campo, de dos o de cinco dormitorios. Ni una caldera de gas con una instalación de geotermia. Ni una vivienda con recuperador de calor o con un extractor mecánico. O una vivienda que consuma 120 kWh/m2año o 12 kWh/m2año.

Evidentemente hay muchos elementos que pueden variar el precio de una vivienda que no influyen en sus prestaciones. Los acabados interiores y los exteriores, las carpinterías interiores, los elementos sanitarios, la urbanización o las zonas comunes pueden tener mucha incidencia.

Así que, con el presupuesto disponible deberemos definir nuestras prioridades, pero estas sólo deberían ser sobre los aspectos que hemos mencionado antes. Nunca se nos ocurriría plantearnos si ponemos más o menos acero u hormigón en la cimentación o en la estructura, entonces, ¿porqué regatear a la hora de poner más o menos aislamiento?.

Aún recuerdo cuando estaba a punto de ser de aplicación la última modificación del CTE DB-HE, en el cual se produjo un cambio sustancial a la hora de definir los límites de las demandas energéticas. Pues bien, numerosos compañeros arquitectos se apresuraban a visar sus proyectos con la normativa que iba a dejar de tener efecto para “ahorrarle” al cliente unos euros al poder poner 4cm de aislamiento en lugar de los 10-12cm que nos podía exigir la nueva normativa. En realidad, al cliente le estaban creando una hipoteca energética a futuro. Claro que ese día le ahorraban unos pocos euros, pero el gasto en calefacción dependerá de los precios del suministro, que estamos viendo cómo cada año suben más y más.

Estamos construyendo edificios que en pocos años no cumplirán con la normativa.

Hoy nadie se plantea diseñar según los cálculos de la CT-79, o según el DB-HE de 2006. Si ya sabemos cómo diseñar, calcular y ejecutar edificios más eficientes, incluso de consumo casi nulo, ¿porqué no hacerlo?.

edificio rehabilitado - antes/después

En conclusión, tenemos que incidir en que a la hora de comparar lo que vale una casa pasiva sólo podemos compararlo con lo que valdría esa misma casa pasiva, pero levantada con otro sistema constructivo. O utilizando diferentes materiales aislantes o tipos de carpinterías. O instalando una u otra marca para el sistema de ventilación mecánica. Pero en definitiva con las mismas prestaciones.

No podemos comparar una casa diseñada bajo el estándar Passivhaus con una vivienda construida según CTE. Los requisitos y prestaciones son diferentes. La composición de la vivienda será diferente. Por lo tanto, el coste de ejecución no será ni más ni menos, será diferente.

 

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4 comentarios

  1. Me encanta lo de «Nunca se nos ocurriría plantearnos si ponemos más o menos acero u hormigón en la cimentación o en la estructura, entonces, ¿porqué regatear a la hora de poner más o menos aislamiento?.»

    Yo le comento a mis clientes que el aislamiento es casi lo más barato de toda la vivienda, y lo que más se amortiza. Cuanto más aislamiento, más dinero para el bolsillo. Así de simple. Podemos estudiar si se puede invertir (y digo invertir, que no gastar ;-)) más o menos en unas buenas ventanas, pero el aislamiento siempre compensa (digo «siempre» teniendo en cuenta las magnitudes que espesores que manejamos a día de hoy, sean 5, 10, 15 o 20cms)

  2. Gracias Jose, nos alegra ver que compartes nuestra visión.
    Respecto al aislamiento suele ocurrir que la gente (sobre todo constructores no abiertos a los cambios) se deja guiar por lo habitual, pero cada proyecto es diferente y hay que calcular para conocer las necesidades de cada vivienda.
    Hay que desterrar comentarios del tipo “con 5 cm de aislamiento valdrá”, “siempre se ha puesto eso”, etc.

  3. Los aislamientos son muy importantes por supuesto, pero me da miedo la falta de profesionalidad a la ahora de evitar los puentes térmicos que serán los que nos dan la garantía del aislamiento, punto en el que habría que incidir intensamente, o no habrá valido para nada, el poner 12cm en lugar de 5cm de aislamiento

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